Artículo: La DGT nos recuerda que estemos atentos a los malos olores del aire acondicionado, pues es un síntoma de que debe limpiarse

Si bien la DGT es un organismo que vela por la seguridad de los conductores en las carreteras, también ejerce un cometido de información bastante extenso en todo lo relativo al cuidado de los vehículos, pues si estos están en perfectas condiciones, la conducción será más segura.

El nuevo aviso que ha expuesto se refiere al uso y mantenimiento del aire acondicionado del coche, un sistema que si bien ha estado funcionando en modo refrigeración durante estos meses más cálidos, ahora pasará a caldear el interior del vehículo. La ventilación, el climatizador y el aire acondicionado van sucediéndose de forma continua en un ciclo que no para casi nunca, haciendo que si bien muchos olvidamos que debe revisarse, la DGT no.

Por ello, insta a todos los que tengan un coche, a que se fijen si han notado una pérdida de potencia  en el sistema de ventilación, con fríos menos intensos o un calor demasiado fuerte. Así mismo, advierte de un síntoma bastante frecuente y al que apenas le conferimos importancia, y es el mal olor que puede expeler cuando lo ponemos en marcha luego de estar el coche parado durante unas horas.

Ese olor desagradable (e incluso nauseabundo en algunos casos) se debe a un mantenimiento incorrecto del sistema del aire acondicionado. De hecho, el gas con el que funciona dicho sistema debe recargarse cada dos años (si se está tocando el coche con bastante periodicidad y si se usa el aire).

Otro elemento adherido a dicho sistema, el filtro del aire, debe ser sustituido aproximadamente una vez al año o cada 10.000 kilómetros, es decir, en la revisión anual que se recomienda hacer a todo vehículo. Estos valores pueden ser menores si transitamos con bastante frecuencia por caminos de tierra.

Buen uso del sistema de ventilación

Sí mismo, la DGT ha recordado que la temperaturas idónea para conducir debe ser entre los 21 y los 23 grados, independientemente de la estación en la que nos encontremos. Hay que intentar evitar someternos a un frío o calor intenso nada más entrar al coche, pues fuerza mucho el sistema sin estar el motor caliente, lo que lo daña.

Además, si al conectar el aire acondicionado olemos una fragancia rancia, se debe proceder a llevar el vehículo a un taller profesional para que revise los conductos y los filtros, sustituyendo los que convenga. Y es que, dicho olor nauseabundo se debe a la síntesis de patógenos u hongos que se adhieren a la superficie de los conductos, alimentados por la humedad y la temperatura que se forma cada vez que lo usamos. Los filtros inhiben que esos patógenos puedan llegar al habitáculo, mas su efectividad nunca es perfecta, más aún si tenemos presente que se degradan con el tiempo.

Además, cabe recordar que el coronavirus es también un firme candidato para ubicarse en esos conductos desde el exterior, saliendo propulsado hacia el interior del coche anda más encendamos el sistema de ventilación. Es poco probable que suceda, pero no imposible.

Sistema de limpieza que se emplea

Un taller especializado usará ozono y determinados detergentes que impulsan mediante una fuerte presión para llegar a todos los recovecos y eliminar así cualquier elemento infeccioso.

A nivel menos profesional, cualquier conductor puede también secundar un método más sencillo, aunque evidentemente, no tan preciso como el de un taller. Consiste en lo siguiente:

• Sanear las rendijas de polvo por donde sale el aire, usando para ello un pincel de cedras finas y humedecidas con detergente.
• Enchufar luego la calefacción a una temperatura alta (salir del coche) durante 5-10 minutos.
• A continuación, recurrimos a algún producto desinfectante mata-patógenos especial para vehículos que están en venta en varios establecimientos. Tienen una boquilla  especial para introducir dicho líquido por las rendijas, haciendo que recorra y profundice por las mismas.
• Luego, conectamos el aire acondicionado a máxima potencia durante 5 minutos, estando nosotros fuera del vehículo. Este proceso hay que hacerlo con el habitáculo estanco, es decir, ventanillas y puertas cerradas.
• Ya opr último, abrimos las puertas, y dejamos que se airee el interior.