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Te contamos cuáles son los distintos fondos de inversión que existen en el mercado, según el organismo que los regula y controla, la Comisión Nacional de Mercados (CNMV).
Son aquellos que invierten principalmente en activos financieros, como acciones, bonos o derivados. Este tipo de fondos se subdivide en varias categorías:
- Fondos ordinarios: invierten en activos tradicionales como renta fija, variable y derivados, siendo los más comunes en el mercado.
- Fondos de fondos: consisten en carteras que invierten en otros fondos, lo que permite diversificar aún más el riesgo al contar con una exposición más amplia a diferentes activos.
- Fondos subordinados: están compuestos por un único fondo, lo que limita la diversificación pero puede focalizar la inversión en un área específica.
- Fondos índice: replican el comportamiento de un índice bursátil, como el IBEX 35 o el S&P 500, lo que les permite obtener una rentabilidad similar a la de estos índices.
Fondos cotizados (ETFs): funcionan de forma similar a los fondos índice, pero se negocian en las bolsas de valores como si fueran acciones.
Este tipo de fondos invierte en bienes inmuebles, como propiedades comerciales o residenciales, con el objetivo de generar rentas a través del alquiler o la venta.
A menudo tienen menor liquidez que los fondos financieros, pero pueden ofrecer estabilidad a largo plazo.
Este tipo de fondo invierte principalmente en acciones, lo que lo convierte en una opción con mayor volatilidad y riesgo. Sin embargo, también ofrece potenciales rendimientos superiores a largo plazo.
Para ser considerado un fondo de renta variable en España, al menos el 75% de la cartera debe estar compuesta por este tipo de activos.
Por el contrario, los fondos de renta fija se centran en la inversión en deuda, tanto pública como corporativa. Son una opción más conservadora que los fondos de renta variable, ofreciendo menor riesgo pero también menores rendimientos.
Estos fondos son populares entre los inversores que buscan estabilidad, aunque la rentabilidad tiende a ser más baja.
Los fondos mixtos combinan tanto renta fija como renta variable en su cartera. Su estructura permite adaptarse al perfil de riesgo del inversor, ofreciendo una mayor flexibilidad.
Dependiendo de la proporción de renta fija y variable, estos fondos pueden ser más conservadores o más agresivos.
Dentro de cada categoría de fondos (renta fija, variable o mixtos), también se puede clasificar en función de la región o mercado donde invierten. Existen fondos que se centran en mercados locales, como los que invierten exclusivamente en España, o en mercados globales, como los que tienen una exposición mundial.
Esta diversidad geográfica permite a los inversores elegir fondos que se alineen con su visión y tolerancia al riesgo.
Los fondos monetarios invierten en activos a corto plazo y de bajo riesgo, como depósitos bancarios o letras del tesoro. Son una alternativa segura y líquida para aquellos que buscan preservar su capital y evitar la volatilidad del mercado.
No ofrecen grandes rendimientos, pero son útiles para proteger el dinero en momentos de incertidumbre.
Este tipo de fondo invierte en productos básicos como el oro, petróleo, o el gas natural. Aunque pueden ser volátiles, proporcionan una buena diversificación para las carteras y a menudo actúan como refugio en épocas de incertidumbre económica.
Los precios de las materias primas pueden fluctuar considerablemente, por lo que estos fondos conllevan un nivel de riesgo significativo.
Estos fondos no están vinculados a un índice de referencia específico y buscan obtener rentabilidad positiva en cualquier contexto de mercado. Pueden utilizar estrategias avanzadas como posiciones cortas o derivados, lo que aumenta su riesgo pero también su potencial de retorno.
Este enfoque hace que los fondos de retorno absoluto sean populares entre los inversores que buscan oportunidades de ganancias en mercados volátiles.
Los fondos garantizados aseguran, total o parcialmente, el capital invertido en una fecha futura. Este tipo de fondo es atractivo para los inversores que prefieren evitar riesgos elevados, aunque sus rentabilidades suelen ser bajas. Dentro de esta categoría, existen tres subtipos:
- De rendimiento fijo: asegura el capital inicial y ofrece una rentabilidad previamente establecida.
- De rendimiento variable: garantiza el capital, pero la rentabilidad dependerá del comportamiento de los activos de renta variable en los que invierte.
- De rendimiento parcial: no garantiza todo el capital, pero permite obtener mayores rentabilidades al asumir un riesgo algo más elevado.
Son fondos cuya rentabilidad depende de una combinación de activos, como índices bursátiles, tipos de cambio o tasas de interés.
Estos fondos pueden ser garantizados o no, y a menudo se utilizan estrategias más complejas para generar retornos en base a la evolución de los mercados.
Los fondos de gestión activa buscan superar el rendimiento del mercado mediante la selección activa de activos, mientras que los fondos indexados simplemente replican el comportamiento de un índice.
Los fondos de gestión activa tienen comisiones más altas debido a la intervención de gestores, pero también pueden generar mejores rendimientos en ciertos mercados. En cambio, los fondos indexados ofrecen una opción más económica y sencilla para los inversores que buscan seguir la tendencia general del mercado.