Noticias e información sobre cita previa.
Tras la publicación del del RD 954/2015 que regula la prescripción enfermera, la Sociedad Española de Directivos de la Salud, ante el conflicto suscitado, se ha posicionado del lado de los enfermos y de la labor de la profesión enfermera, pidiendo la rectificación de parte de la normativa atendiendo al sentido común.
Piden que sea cautelarmente suspendida la aplicación del artículo 3, debiendo ser modificado y redactado, con la participación de las Autoridades Sanitarias nacionales y autonómicas, las Autoridades Académicas, los Colegios y las Asociaciones Profesionales, los Partidos Políticos y las Organizaciones Sindicales.
Recordando también, que la profesión de enfermería ha demostrado desde siempre su alto nivel de preparación, competencia y prestigio, el cual goza tanto dentro como fuera de nuestras fronteras. Nuestro sistema sanitario tiene una actividad profesional médica y también enfermera, las cuales han influido en sus éxitos de la misma forma. Por lo tanto, no entienden que una enfermera necesite
a solicitud expresa del médico para realizar actividades que ya venía haciendo habitualmente y que le son propias, ni qué se pretende con ello.
De todo ello se entiende que es pertinente adaptar la gestión de la práctica clínica al cambio organizativo que viene impuesto por los avances científicos, la aparición de las nuevas profesiones sanitarias, el impacto de las nuevas tecnologías y el desarrollo de las ya existentes.
Hay que reseñar, que el médico es y seguirá siendo el responsable del paciente en la parte que le corresponde hacerlo, y que lo será prestando el servicio, y también, con el mismo énfasis y si fuera necesario, diseñando o participando en el diseño, avalando y evaluando sistemas de trabajo que incorporen a otros profesionales sanitarios con el nivel de responsabilidad que les sea exigible según su nivel de capacitación.
En muchos países europeos y americanos, se ha regulado la prescripción enfermera y también en muchas comunidades autónomas españolas, sin que se tengan noticias de que el cambio en la gestión del proceso asistencial derivado de la asignación del nivel de autonomía que le corresponde por derecho a los profesionales de enfermería, haya inducido un riesgo sobre la calidad de la prestación, sino más bien todo lo contrario.