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Aunque las dos registran los datos de empleo de todo el país, la forma de medirlos es distinta y utilizan métodos diferentes.
La EPA, Encuesta de Población Activa, no es más que un muestreo, no se puede consultar a todos los habitantes del país sobre cuál es su situación laboral. El dato se saca de realizar una encuesta telefónica a más de 60.000 familias, consiguiendo una buena información, rica en datos de la población activa ocupada e información actual, como saber cuántos miembros de una familia están desempleados. Se consideran como desempleados todas las personas de entre 16 y 74 años cumplan varios requisitos; que no tengan empleo ni por cuenta propia ni ajena en la semana anterior a la encuesta y que lleven al menos 4 semanas buscando trabajo y puedan aceptar cualquier oferta laboral en los siguientes 15 días.
El antiguo INEM tiene en cuenta a todas las personas registradas en las oficinas como demandantes de trabajo. Inscribirse en éstas oficinas no es obligatorio con lo cual las personas que no se hayan inscrito y estén buscando empleo no se reflejarán en los datos del paro, abriendo una amplia brecha en el porcentaje de parados registrado entre la EPA y el SEPE.
También se realizan ajustes que hacen mermar la cuantía del paro, como excluir a las personas que estén haciendo cursos de formación del SEPE, un matiz que no recoge la EPA. Tampoco se incluyen los temporeros que cobran el subsidio agrario y los que buscan su primer empleo y están estudiando o acaban de terminar los estudios. Contando el desempleo de la juventud, aquí tenemos una importante diferencia. Tampoco incluyen a aquellos que solicitan empleo para menos de tres meses, como trabajo temporal para temporada de verano o como complemento de los estudios, o trabajadores con una jornada reducida inferior a 20 horas a la semana.
Casi siempre los datos de la EPA nos dan un número más elevado de desempleo que los del SEPE, dato que nos indica que cuando el desempleo aumenta lo mide con más eficacia. No quiere decir que el paro registrado no sea un dato válido, de hecho es muy importante ya que se calculan las políticas de empleo con él.
La EPA, sin las restricciones del paro, refleja con más garantías el mapa nacional del trabajo y nos muestra datos que no nos da este índice ya que toma como unidad de referencia la familiar.
Más allá de las diferencias que pueda haber sobre el número de desempleados, lo que necesita cualquier ciudadano es que se cree empleo y comience a bajar paulatinamente hasta unos índices de normalidad.
La gente que tiene una nómina debe hacerla valer y buscar incentivos en los bancos, como las cuentas nómina sin comisiones y con bonificaciones y para los desempleados que cobren el paro exactamente igual, al final del año el ahorro es importante y sobre todo cuando pasamos por épocas de mucho gasto y poco ingreso.