El vacío generacional del boom inmobiliario en España.

Aún estamos resentidos por la herencia que dejó el boom inmobiliario de principio de la década de dos mil. En estos años muchos adolescentes dejaron los estudios para ponerse a trabajar en el sector de la construcción sin ninguna cualificación, hoy en día son parados de entre veinticinco y treinta años, los cuales ni estudian ni trabajan.

De una tasa de población de entre 25 y 30 años que en el año 2007 no estudiaba ni trabajaba, era del 20%, según la EPA, Encuesta de Población Activa, en el año 2011 casi se había duplicado llegando hasta el 45% de la población dentro de este rango de edad, a día de hoy se mantienen cifras que llegan hasta el 40%, una herencia fatal. Una cifra alarmante, es la de los jóvenes que no tenían acabada la ESO, que alcanzó en esa época el 60%. El boom de la construcción ha marcado a toda una generación.

La generación siguiente por suerte para nuestro mercado laboral, está mucho más preparada academicamente para entrar en el mercado laboral, ya que en el año 2015 los jóvenes que ni estudian ni trabajan sumaban un 20% acuciando un importante descenso, debido a la incorporación al mercado laboral dado el aumento de productividad en la economía española y la creación de nuevos puestos de trabajo.

Los jóvenes sin cualificación lo tienen más difícil, encontrar trabajo es casi imposible y corren el peligro de convertirse en parados crónicos, caso más grave que el problema de su formación. Este tipo de parados está aumentando desde hace una década y son personas que llevan paradas más de dos años. No sucedía desde el final de la década de los ochenta.

El estar parado tanto tiempo hace que se pierda el nexo de unión con el mercado laboral, bien por dejadez y asqueo o por negativa de las empresas a contratarlos. En estos momentos casi dos millones de trabajadores están en peligro de convertirse en parados crónicos, con independencia del estado de la economía. Cuanto más tiempo se está en paro, más difícil es encontrar trabajo.